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Decálogo para una buena relación propietario-inquilino



La mejor manera para poder disfrutar del alquiler es, que tanto el propietario como el inquilino, estéis contentos. Para conseguirlo, hay que tener claros una serie de aspectos básicos que hagan que la relación entre ambos sea inmejorable. ¡Muy atentos a este decálogo que os ayudará a ambos a dejar las cosas claras desde un principio, a evitar problemas posteriores y a estar a gusto con el alquiler.

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Firmar un contrato de arrendamiento

Como sabes, antes de empezar el alquiler, propietario e inquilino pactáis determinados puntos que regularán el tiempo que se alargue el arrendamiento. Las palabras se las lleva el viento y donde dije digo, digo diego, por ello, para evitar posibles discrepancias entre los diferentes puntos acordados, lo más aconsejable es redactar un contrato donde estén reflejadas todas las cláusulas que habéis acordado. Así, siempre que exista cualquier tipo de duda, podéis recurrir a este documento y consultar que es lo que pactasteis, y las posibilidades de que existan roces se reducirán.

Pagar la renta siempre puntualmente

Aunque es algo muy obvio, os lo recordamos. Aunque el plazo para pagar puede acordarse en el momento que se cierra el acuerdo, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), en el artículo 17, marca que el pago de las rentas tiene que hacerse en los primeros siete días del mes. La mejor manera de evitar un enfrentamiento entre ambas partes es que el inquilino sea puntual con el pago de sus rentas y las abone siempre dentro del tiempo acordado. Asimismo, también hay que sufragar el importe de los suministros, siguiendo los criterios marcados en el documento que regula el alquiler.

Tener un buen comportamiento

Muchas desavenencias vienen por las malas actitudes del inquilino en la vivienda de alquiler. La mejor manera, para poder tener una excelente relación entre el propietario y el inquilino, es que este segundo respete las normas básicas y cívicas de convivencia. A parte del comportamiento, el arrendatario tiene que respetar las indicaciones realizadas por el dueño de la vivienda como, por ejemplo, no realizar obras en el inmueble sin permiso o subarrendar un espacio de este, sin que se haya dado una autorización expresa por escrito.

Saber quién es el encargado de hacer cada cosa

Aunque todo depende de lo pactado por las dos partes en el momento de la firma del contrato, para disponer de una buena relación entre propietario e inquilino es básico que se sepa quién es el encargado de hacer cada cosa en el inmueble. Las reparaciones por uso habitual del inmueble suelen corresponder al habitante de la casa, mientras que las obras necesarias para mantener la habitabilidad de la vivienda corresponden al propietario, siempre y cuando estos no hayan sido causados por un mal uso.

Siempre con buena comunicación y formas

La mejor forma para mantener una buena relación entre propietario e inquilino es mantener una buena comunicación entre ambos. Una buena conversación permite solucionar las cosas a tiempo y evitar que los problemas se intensifiquen. 

¿Que motivos se te ocurren para que la relación entre propietario e inquilino sea excelente? ¡Cuéntanos! 

 





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