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Nos separamos, ¿qué pasa con mi piso de alquiler?



Durante el 2014 las separaciones y  divorcios se incrementaron un 11,3%. Según datos del Consejo General del Poder Judicial, más 34.583 parejas, decidieron hacer sus vidas por separado. Pero, ¿qué ocurre cuando te separas y vives de alquiler? ¿Quién se queda en el piso de alquiler?

Nos separamos, ¿qué pasa con mi piso de alquiler?  

Supuestos de separación y alquiler

Solo uno de los cónyuges firmó el contrato de arrendamiento

En el caso de que el amor se haya roto y vivas de alquiler, puedes encontrarte con distintas situaciones, que varían en función de quién firmó el contrato de arrendamiento, que deseo tienen las partes, y por supuesto, de las comunicaciones informativas y formales al arrendador.

Pongámonos en el caso de que una sólo unas de las partes, firmó el contrato de arrendamiento, pero  la pareja (no arrendataria) es la que desea permanecer en el inmueble. En tal caso, podría continuar viviendo en el piso de alquiler siempre y cuando, se le atribuya en sentencia  o convenio de separación, y posteriormente se comunique al propietario del piso de alquiler, la resolución judicial en un plazo de dos meses, y este, muestre su conformidad.  Este supuesto es común cuando hay hijos en la pareja

Si ambos cónyuges firmaron el contrato de arrendamiento

Cuando una pareja vive de alquiler y toman la decisión de divorciarse, existen dos posibilidades. La primera, es que ambos decidan seguir conviviendo y mantener el contrato de alquiler en vigor a nombre de los dos.  Aunque esta posibilidad parece un poco rocambolesca, hay casos de parejas separadas bien avenidas.

Otra opción, la más común, es que una de las partes quiera abandonar la vivienda y por tanto, desaparecer del contrato de alquiler y  de las obligaciones  que este conlleva. En tal caso, hay que  comunicar al propietario la situación y realizar un anexo en el contrato de arrendamiento en el que se suprima  a la parte que lo desee.

Ambos cónyuges  abandonas en piso de alquiler

Aunque son pocas veces las que ocurren esta situación, puede darse el caso que esa pareja que proclamaba su amor a los cuatro vientos y tenían su piso de alquiler, como un nido de amor eterno, tomen la decisión de separarse y acabar con todo: relación, convivencia y contrato de alquiler.

En tal caso, para finalizar el contrato de  arrendamiento, tendrán que comunicar oficialmente al propietarios su decisión de rescindir el contrato (en tiempo y forma)  y en el caso de no cumplir con la duración pactada en el contrato de alquiler, el propietario estará en derecho de reclamar la compensación por lo meses que resten hasta la finalización del alquiler.

¡Recuerda! Al casero no le pueden afectar las relaciones personales de sus inquilinos y menos, los cambios que se puedan producir en la pareja. Intentar ser cívicos y responsables con vuestro alquiler.





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