31/10/2013
Pasados cinco meses de la entrada en vigor de la obligatoriedad del Certificado Energético de Viviendas, es momento de pararnos y analizar cómo ha calado en el sector y entre los usuarios. Viviendas energéticamente poco eficientes, inquilinos que no toman en cuenta la etiqueta del inmueble para alquilar o graves problemas en el registro de los certificados, son los principales problemas que nos encontramos a diario.
La aventura de registrar el certificado energético
Cuando se obtiene el certificado energético de un inmueble, hay que registrarlo. El proceso varía según la Comunidad Autónoma en la que se ubique la vivienda, pues debe ser inscrito por el propietario o por el técnico que lo expidió.
Aunque la mayoría de los organismos institucionales tienen registros telemáticos, es fácil encontrar cientos de complicaciones que dificulta la labor del usuario, ya seas técnico o propietario. Algunas de ellas son:
- Necesidad de tener firma electrónica o DNI electrónico para poder hacer la tramitación.
- Archivos y hojas de inscripción con datos y vocabulario técnicos nada triviales para el usuario.
- Escasa información institucional al consumidor.
- Diferentes problemas según el sistema operativo, navegador y las actualizaciones de software… que se utilice.
- En el caso de tener que presentarlo presencialmente, trámites burocráticos extensos e incluso te reclaman presentar un escrito argumentando por qué no se ha inscrito vía telemática.
- Algunas comunidades exigen que si no es el técnico el que inscribe la certificación en el registro, el usuario disponga de los datos y archivo CEX propios del profesional que lo ha realizado.
La realidad de la etiqueta energética
El último estudio realizado por los técnicos de Alquiler Seguro, tras expedir más de 5.000 certificados energéticos, a nivel nacional, en los últimos meses, arroja datos relevantes sobre la expedición de certificados energéticos, desde la media de consumo, hasta los días que se tarda en expedir o la clasificación media de los inmuebles a nivel nacional.
La principal conclusión es que la mayoría de las viviendas en España son poco eficientes. Un 54,85% de las analizadas, poseen una etiqueta “E” seguidas por la calificación “D” con un 29,45%. Las calificaciones más difíciles de obtener para los inmuebles son la “A” y “B” con un 0,49% y 0,16% correspondientemente.
Se tarda alrededor de 7 días en obtener el certificado e inscribirlo y la media de emisiones de CO2, en ciudades como Madrid, con inmuebles calificados con una etiqueta “E” es de 29,23 kWh/M2, Barcelona 30,01 kWh/M2, Valencia 20,52 kWh/M2 y Sevilla 33,12 kWh/M2.
Qué opinan propietarios e inquilinos
En el estudio realizado por Alquiler Seguro, también se realizaron encuestas de calidad entre sus clientes de lo que se desprenden las siguientes conclusiones.
Para la mayoría de los arrendadores el Certificado Energético es un coste añadido y con afán recaudatorio, pero lo aceptan, al tratarse de una imposición de Europa. Lo que no se plantean, es llevar a cabo las mejoras que se sugieren para mejorar la calificación energética, pues en muchos casos supone hacer modificaciones estructurales de la vivienda y por tanto, un alto coste.
Por su parte, los inquilinos prefieren ignorar la etiqueta energética de la vivienda y darle más importancia a la situación del inmueble, el estado y sobre todo, el precio del alquiler.
Con tanta traba, se hace necesario que las instituciones tomen nota y acaben con las complicaciones que nos encontramos en el día a día, facilitar los procesos e incrementar la información, ya que se trata de un certificado obligatorio para todos los inmuebles que se pongan en alquiler, además de.
Si tienes dudas de la certificación energética o quieres conseguirla, pincha aquí.