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Comunicación Alquiler Seguro
Hace tiempo que el alquiler dejó de ser una fórmula de acceso a la vivienda minoritaria. El mercado del arrendamiento ha experimentado cambios muy importantes en la última década. No solo se han operado transformaciones en el perfil del inquilino, sino que la oferta ha estado expuesta a la influencia de una serie de factores que han influido en su composición. Al mismo tiempo, el marco jurídico relacionado con el alquiler ha tratado de dar respuesta a la evolución del mismo.
En lo respecta a la demanda, pocos se hubieran atrevido a decir que el alquiler iba a ser capaz de ganar algo de terreno a la propiedad. Según datos de Eurostat, el porcentaje de inquilinos ha pasado del 19,4% al 21,8% entre 2007 y 2017. En plena época de bonanza era relativamente sencillo obtener financiación. Sin embargo, los bancos endurecieron las condiciones de acceso al crédito en los momentos más duros de la crisis. Este escenario hizo que muchos potenciales compradores recurrieran al alquiler. Actualmente, aunque los requisitos para acceder a una hipoteca son más flexibles, todavía hay ciudadanos que carecen del ahorro o de la solvencia necesaria para embarcarse en la compra de una vivienda, lo que sigue dando alas al crecimiento del alquiler.
En cuanto a la oferta, hay que señalar que el volumen de pisos de alquiler residencial disponible se ha visto en cierto modo mermado por la irrupción del alquiler turístico. Esta modalidad de arrendamiento, que está viviendo un auge espectacular, resta producto al mercado tradicional de alquiler, sobre todo, en ciudades como Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca o Donostia-San Sebastián. La escasez de oferta disponible dentro del alquiler de larga estancia frente al excedente de demanda tiene como consecuencia lógica la subida de las rentas del arrendamiento tradicional, un aspecto que reflejan las estadísticas.
Por último, aunque se ha realizado un esfuerzo por adecuar las leyes a la realidad del mercado, todavía son muchos los temores que hacen que los propietarios de un piso susceptible de formar parte del mercado de viviendas en alquiler mantenga el inmueble vacío e improductivo. El tiempo transcurrido entre el impago y la recuperación el piso alquilado está todavía lejos de ser razonable, sin contar con el estado en el que el propietario encontrará su casa, muchas veces lamentable.
Aunque la agilización de estos procesos no está en manos de los profesionales inmobiliarios, sí que se está poniendo el foco en la puesta en marcha de mecanismos que concedan tranquilidad a los propietarios. Muchas empresas se encargan de seleccionar de un modo minucioso a los inquilinos para evitar que se produzca morosidad en el futuro, al tiempo que se ofrecen seguros que garantizan el cobro de la renta y la reparación de los desperfectos que puedan tener lugar. El sector inmobiliario debe seguir apostando por el alquiler, dado que su potencial ha quedado demostrado.
Miguel Ángel Alemany, director general de pisos.com