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Causas que pueden motivar la rotura de un contrato de alquiler



Cuando el inquilino y propietario firman el contrato que regulará el alquiler, ambos acuerdan una serie de derechos y obligaciones, que las dos partes tienen que cumplir escrupulosamente. En ocasiones, uno de los implicados no respeta lo acordado en el documento de arrendamiento, y se produce una rotura contractual. Para que no cometáis errores que puedan ocasionaros problemas, os contamos diferentes causas que pueden motivar la rotura del contrato de alquiler.

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Motivos para que lo rompa el propietario

Como os hemos contado, cualquiera de las dos partes puede dar por finalizado el contrato que regula el alquiler. El propietario, entre otras muchas circunstancias, puede decidir romper el documento por:

Dejar de pagar el alquiler

Aunque es una causa obvia, no está de más señalarla. El pago de la renta y los suministros es una de las principales obligaciones a la que tiene que responder el inquilino de una vivienda de alquiler, tal y como recoge la Ley de Arrendamientos Urbanos en su tercer título. A pesar de ello, la norma no establece a partir de que mensualidad puede considerarse resuelto el contrato, por lo que tiene que ser un pacto entre los implicados.

Falta pago de la fianza

Muy relacionado con el apartado anterior está este motivo. Como os hemos explicado en otros posts, el pago de la fianza es inexcusable, cuando el arrendatario entra a vivir al inmueble. Por este motivo, si el inquilino no abona el dinero requerido, el arrendador puede romper el contrato.

Obras sin consentimiento

El habitante de una vivienda de alquiler tiene totalmente prohibido realizar obras en el inmueble, si no está autorizado, por escrito, por el dueño de la casa. En caso, en que el inquilino realice tareas de mejora, como pintar las paredes, tirar tabiques o cambiar electrodomésticos, sin permiso el contrato puede darse por acabado de manera automática.

Subarrendar la vivienda

Para poder subarrendar una vivienda, se necesita el expreso consentimiento, por escrito, del propietario del inmueble. Por ello, si el inquilino arrienda el inmueble sin permiso del arrendador, este tiene motivos suficientes para dar por resuelto el contrato.

Necesidad de la vivienda

La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece en el artículo 9.3 que si el propietario, una vez superado el año de contrato, necesita la vivienda para él, o para un familiar de primer grado, puede recuperar su propiedad avisando al inquilino con un plazo minino de dos meses, antes del desalojo de la vivienda.

 

Motivos para que lo rompa el inquilino

No solo el propietario tiene potestad para acabar con el contrato de alquiler de una vivienda, el inquilino por diferentes motivos puede dar por finalizado el documento.

Si no se realizan tareas de reparación

Como sabes, el propietario es el encargado de realizar, y costear, las obras de reparación de la vivienda para poder mantener el piso con las condiciones básicas de habitabilidad, sin que estás influyan en el precio de la renta. En caso de que el arrendador se niegue a realizarlas, el inquilino puede romper el acuerdo.

Dificultad en el disfrute de la vivienda

Una vez que se firma el contrato, el único que puede disfrutar de la vivienda es el inquilino y el propietario solo puede entrar con la autorización del habitante, según explica la LAU en el artículo 21.3. Si este punto no se cumple, el arrendatario puede finalizar el contrato automáticamente.

Después de cumplir el tiempo mínimo

Como sabes, los contratos se renuevan por anualidades, por ello, el inquilino puede decidir no renovar el alquiler, avisando siempre en tiempo (30 días de antelación) y forma. Asimismo, la LAU permite abandonar el inmueble, con una penalización en la fianza, pasados 6 meses desde la firma del documento.

¿Qué opinas sobre los motivos que pueden causar la ruptura de un contrato? Cuéntanos 





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