Aunque para muchos inquilinos aún no es importante la etiqueta energética a la hora de valorar un piso, es importante concienciar de la importancia de medir y mejorar las emisiones de CO2 de un inmueble. En cierto modo, la eficiencia energética de un piso de alquiler sirve para que un inquilino pueda cuantificar cómo serán sus facturas. Cuanta peor sea la calificación energética, mayor gasto en suministros tendrá el inquilino.

Muy atento, porque con unos sencillos consejos podrás hacer que tu inquilino ahorre mes a mes.

Sustitución de bombillas

Di adiós a las bombillas tradicionales o incandescentes. Además de consumir mucho más de lo que se necesita de electricidad, de cara a la llegada del calor ayudarán bien poco a mantener las estancias frescas. Apuesta por colocar bombillas de bajo consumo o led y tu casa empezará a ser mucho más eficiente.

Control

Termostatos y temporizadores ayudarán a que tu inquilino non derroche energía. Con un sistema termostático para la calefacción sólo se encenderá cuando sea verdaderamente necesario, pero es que además con temporizadores podrá programar los principales consumidores energéticos sólo funcionen en las horas en las que esté en casa. Con este simple gesto, el consumo puede disminuir hasta un 12%.

Aislamiento

Grietas y huecos serán el peor enemigo de las facturas, tanto en invierno como en verano. Con una vivienda mal aislada el calor o el frío exterior entrarán en casa y obligarán a utilizar más la calefacción y el aire acondicionado. Con la colocación de unos simples burletes y sellando cajetines de las persianas y juntas el ahorro puede ser de hasta 200€ al año.

Es hora de empezar a concienciarse y de, por qué no, hacer que tu inquilino esté contento ahorrando en sus facturas mes a mes.