09/04/2014
Dentro de unos meses se cumplirá un año de la aprobación del Real Decreto por el que la directiva europea obliga a tener certificación energética de pisos en venta o alquiler. Aunque muchos aún piensan que se trata de un impuesto o una tasa, en realidad es una nueva forma de valoración y comparación para compradores e inquilinos a través del consumo energético.
La eficiencia energética se convierte en un valor añadido. Saber de antemano cuál va ser el tipo de consumo de un piso puede inclinar la balanza, a favor o en contra, de convertirse en un futuro hogar. A mayor calificación energética (siendo A la más alta) la vivienda ofrecerá mayor confort y menor gasto de luz y gas.
Alquiler Seguro, en su servicio integral del alquiler, ofrece la etiqueta energética a sus inmuebles, pone a disposición de sus clientes un completo equipo de profesionales cualificados. Así que si aún no lo tienes, puedes conseguir tu Certificado de Eficiencia Energética a través de nuestra web.
Durante la realización de la certificación energética, el técnico propone una serie de recomendaciones a los propietarios para mejorar la puntuación. Con la situación económica actual, muchos ni siquiera se plantean seguir los consejos, pero la inversión supondría una mayor facilidad para alquilar tu propiedad, así como la posibilidad de que los inquilinos se sientan a gusto y prorroguen su contrato.
Pasar de una certificación G (la menor considerada) a, por ejemplo, una certificación D supondría un ahorro de energía de más del 50%; y sería posible con arreglos, como la mejora en el aislamiento de las puertas y ventanas o el cambio de generadores.
A priori, el certificado energético puede parecer un mero desembolso más, pero a largo plazo y tomándose en serio las recomendaciones del técnico, supondrá una mejora en la calidad de la propiedad.