Vivir con alguien puede resultar complicado, al compartir piso de alquiler es habitual que surjan conflictos y roces. ¿Cuáles son los principales? Y lo que es más interesante, ¿cómo se pueden evitar y solucionar? ¡Os lo contamos!

El espacio

A la hora de compartir piso de alquiler es imprescindible que todos los inquilinos respeten los espacios de cada uno ¿A qué nos referimos? Las habitaciones serán lo más personal de toda la casa, por lo que no se debería entrar sin permiso. Además, cada uno tendrá su espacio en la cocina y el baño para colocar sus cosas personales. No sólo eso, puede ser muy recomendable establecer tiempos y turnos para el baño y la cocina.

No seguir esta sencilla recomendación puede llevar a malentendidos y encontronazos innecesarios.

Tareas del hogar

Fregar, barrer, limpiar el polvo, recoger… Al compartir piso de alquiler la organización es primordial para mantener la casa limpia. Y como tampoco es necesario limpiar sobre limpio lo mejor es repartir las tareas y cumplir con las obligaciones. ¿Qué tal si cada día de la semana uno baja la basura? Eso sí, para evitar problemas todos tendréis que cumplir con lo pactado.

El descanso

Se dice que los derechos de uno terminan donde empiezan los del otro. Mucho mucho ojo con los ruidos a deshora, las interrupciones al estudio o al trabajo. En un piso de alquiler compartido todos los compañeros tiene que respetar los descansos y los silencios del resto. El primer mandamiento de la convivencia debería ser el respeto, y en cuanto a los ruidos y las molestias no hay duda, es uno de los principales conflictos a la hora de compartir.

¿Compartes piso? Cuéntanos qué problemas han surgido en la convivencia.