23/05/2018
Las constantes subidas en la factura de la luz hace que muchos nos planteemos diferentes medidas para ahorrar, una de ellas y quizás la más comentada, bajar la potencia contratada. ¿Se puede hacer?, ¿Qué ventajas tiene?, ¿E inconvenientes? Analizamos al detalle si cambiar la potencia contratada repercute en nuestra factura de la luz.
¿Qué es la potencia contratada?
Cuando hablamos de potencia de luz contratada nos referimos a la cantidad de kilovatios (kW) que nos distribuye nuestra suministradora dependiendo de lo que tengamos por contrato. Cuanta más potencia, más gasto y por tanto, más alta será la factura de la luz.
¿Cuándo y cómo se puede bajar?
Como consumidores, y siempre que la instalación eléctrica de nuestra casa nos lo permita, podemos cambiar la potencia contratada llamando a la compañía suministradora e informándoles de nuestro deseo de reducir los kilovatios contratados.
Este cambio puede suponer un coste económico, dependiendo de la empresa con la que tengamos establecido el contrato, y también puede tardar unas semanas e incluso meses en hacerse efectivo.
¿Qué ventajas o problema puede generar?
Para poder cambiar la potencia contratada y que ésta quede reflejada en la factura de la luz, lo primero que debemos hacer es una medición correcta de la potencia instalada. Para ello, es recomendable contactar un electricista que nos asesore. Por otro lado, en el caso de instalaciones muy antiguas que no dispongan del Interruptor de Control de Potencia (ICP) deberán revisar sus instalaciones lo que supone un alto coste.
Además, es imprescindible calcular correctamente la potencia que consumimos en nuestra vivienda de alquiler, pues bajar la potencia contratada y quedarse corto, puede suponer que salte constantemente el automático.
Si quieres ahorrar en tu factura de la luz, además de bajar la potencia contratada, puedes seguir otros consejos que te lanzamos a través de esta entrada con los que podrás economizar y ser sostenible.